Ese cielo lleno de Lunas,
mirando a una sola estrella...
Bajaban vista, distancia,
bajaban sin ser discretas.
Y recorrían aquel campo
con la mirada dispersa.
Esas Lunas envidiosas...
¡Esas Lunas dan vergüenza!
Gritaron por momentos.
Se lo contaron al río,
le dijeron a la tierra y el mundo respiró lento.
Lento...
Las Lunas son muy calladas,
pero hablaron de esa estrella.
Yo no sé mucho de Lunas
pero éstas, hicieron fiesta.
Alborotaron los mares,
provocaron a la olas.
Hundieron cientos de barcos
sólo por ser caprichosas.
¡Ay qué desconsideradas!
Pero es que son tan hermosas
que nadie les dice nada.
Callan. Y todo dicen con esa mirada,
enfocada a aquella estrella...
aquella estrellita con alma.
Que brilla con parpadeos,
que palpita con la calma.
Que salta con un suspiro.
Que de sueños, es esclava.
El cielo lleno de Lunas...
De lunas enamoradas.
Tersas, viejas, olvidadas.
Yo no sé mucho de Lunas... con una estrella, ¡me alcanza!
- Patricia S.M. -