jueves, 31 de marzo de 2016

Problemas del príncipe azul

Mira que la dicha es corta y la pena larga.
-- Dijo el príncipe azul al enfundar su espada--.

He pasado tanto tiempo en combate
que la mente me pesa.
He esperado tanto tiempo
que su idea ya no calma.

Miren,
como de criaturas gigantes he liberado al futuro.
Miren como adentro encuentro
a estos monstruos ocultos.

Dónde te escondes, princesa?
Déjame darte el mundo.
Que esta galopada cansa
y de esta paciencia me aburro.

He dejado cada esquina
a salvo de atrocidades.
Me he batido sin espada
y te he ganado siete mares.
Día a día.
Amanecer a ocaso.

Y es que acaso no lo sabes?

Que aunque de tí princesa, esclavo,
los príncipes azules (un día)
deseamos ser salvados.


sábado, 19 de marzo de 2016

Ven que aquí te lo cuento como se cuentan esos besos en el cuerpo.
Aquel día que la lluvia dejó el tiempo para ser mía.
Cuando los amantes no perdonan
ni el cambio ni las mentiras.

Que pasen más, muchos más días.

Lo que te cuente es poco de los cuentos que me hizo.
Cuando yo creía preciso entregarle - a él - mi vida.

"El corazón no se rompe, joven".
Eso me lo dijo un viejo.
Se te rompe la confianza, el futuro, los deseos.

Ven que ahora te lo cuento
sin lágrimas en esta cara.
Que ha pasado mucho tiempo y las suficientes camas.


Respiro aunque gano poco
pero me sobran ganas.
Que recuerdo los recuerdos pero ya olvidé su cara.

Que pase en más, en muchas más vidas.
Que aunque ahora odie por dentro, mira que lo quería.
Hoy me enfermé de ganas de verte,
mientras me ahogaba esa fachada de tu recuerdo.
(Tú sabes que yo no miento
cuando se habla de mujeres).

Estaba tan terco y loco de la falta de tu piel,
que tal vez, quizá sin querer,
te encontré hasta en el alcohol.

Intenté en aquel malecón buscar esa moneda;
aquella vieja...
La que rodabas por esos dedos que
sacan el corazón.

La recuerdas? Me recuerdas?

Me creía yo tan fuerte
y te veía tan delicada
que ni por mi cabeza pasaba
lo que iba a suceder.

Que ya no te iba a ver ni a oler esa vainilla.
Ni sentirte en esa silla.
Ni sentirte mi mujer.

Qué puta es esta vida!

Tú siguiendo tan tranquila
y yo tan tuyo seguiré.