martes, 31 de diciembre de 2013

YO NO SÉ MUCHO DE LUNAS


Ese cielo lleno de Lunas, 
mirando a una sola estrella...

Bajaban vista, distancia,

bajaban sin ser discretas.

Y recorrían aquel campo

con la mirada dispersa.
Esas Lunas envidiosas...
¡Esas Lunas dan vergüenza!

Gritaron por momentos.

Se lo contaron al río, 
le dijeron a la tierra y el mundo respiró lento.
Lento...

Las Lunas son muy calladas,

pero hablaron de esa estrella.

Yo no sé mucho de Lunas

pero éstas, hicieron fiesta.
Alborotaron los mares, 
provocaron a la olas.
Hundieron cientos de barcos
sólo por ser caprichosas.

¡Ay qué desconsideradas!

Pero es que son tan hermosas
que nadie les dice nada.

Callan. Y todo dicen con esa mirada,

enfocada a aquella estrella...
aquella estrellita con alma.

Que brilla con parpadeos,

que palpita con la calma.
Que salta con un suspiro. 
Que de sueños, es esclava.

El cielo lleno de Lunas...

De lunas enamoradas.
Tersas, viejas, olvidadas.

Yo no sé mucho de Lunas... con una estrella, ¡me alcanza!




- Patricia S.M. -

viernes, 27 de diciembre de 2013



UN BESO


Un beso, la culpa fue de un beso.
No de una caricia, un roce,
no fue por tocarlo en mis sueños.

No fue ni siquiera su risa
y menos su cuerpo tan bello.
Seguro no fue su mirada
posándose sobre mi cuello.

Un beso, la culpa fue de su beso.
¿Por qué no pudieron ser sus manos
rodeando todo mi cuerpo?
¿Por qué no pudo mi llanto
apagar todo aquel fuego?

No entiendo, es sólo un beso...
¿Cuánto mal puede hacer eso?

En el fondo de mi alma,
ahí se ha quedado preso.
Quieto, sin esperanza.
Tal vez haciéndose el muerto.

Y aún así, sin olvidarlo,
la culpa fue de ese beso.

Perdí la ilusión de lo nuevo.
Gané lo atrevido y lo incierto.
Perdí la inocencia arrastrada
por la culpa de ese beso.

Sin pecado no hay medida.
Sin medida, no hay regreso.
Sin regreso no hay sentido
de olvidarme de ese beso.

- Patricia S.M. -


Para tí, que aún no te conozco.


Voy a hacerte una carta parecida a ésta.
Voy a poner en ella que te quiero y te amo.
Que me pareces pequeño.
Y te diré qué dulce e inocente
me puede parecer tu ingenio.
Y aunque no me entendieras,
te diré que eres mi cielo.

Y probablemente ponga mil cosas
por las que eres tan perfecto.
Por esos ojos grandes que
cuando sonríen me pierdo.
Y esa sonrisita chistosa
sin dientes y sin recuerdos.
Y esas manitas pequeñas
que son mis alas en sueños.

Te escribiré en esa carta
que te enseñaré a vivir.
Que cada regaño que diga
será para que seas feliz.

Que nunca te obligaré a nada
y tu confidente seré.
Que antes que puedas decir te amo,
yo amada me sentiré.

Mi carta será de mil hojas
y en todas te prometeré el mundo.
Sin tener expectativas
te ayudaré en tu futuro.
Te escribiré mil consejos
aunque no escuches ninguno.

Te dedicaré mi vida
y aunque se escuche al revés,
estoy totalmente segura
que me enseñarás a crecer.

Te escribiré tantas cosas
que no sabré en qué pensar.
¡Ay! Tantas cosas pondré...

Te juraré en esa carta que sin conocerte, te amé.

- Patricia S.M. -



Me lo voy a cantar sola
porque nadie me lo cuenta.
Me encuentro lo que me entienda;
me guardo cuando estoy sola.

Y lo dice la que calla
cuando yo no estoy despierta.
Está callada porque teme
que mi canto no la añora.

Y contando lentamente
se van mis cantos y cuentos...
Cansados mis versos de cantos,
cansada mi alma de cuentos.

- Patricia S.M. -